Este moderno loft fue antes una antigua fábrica de ropa. Sus dueños han respetado su genuino estilo industrial, combinándolo con detalles muy eclécticos.
Los actores canadienses Paul Gross y Martha Burns compraron en 2008 esta buhardilla y han hecho lo posible por mantener su estado original. Los suelos de madera todavía muestran las marcas que dejaron las máquinas de coser casi un siglo antes y los techos de hojalata se preservan íntegros… Casi se puede sentir el olor a fábrica textil.
La vivienda se ha reformado a fondo, reemplazando conducciones y cableado, pero manteniendo la sensación de autenticidad mediante sus tuberías expuestas, sus vigas metálicas o sus paredes de ladrillo visto. El diseño y la coordinación de la obra corrió a cargo de Suchi Reddy, quien se ocupó de que cada pieza originaria fuese restaurada preservando las superficies y los materiales existentes.
También se mantuvo el carácter abierto del antiguo espacio industrial, hasta el punto de ubicar el dormitorio principal en una especie de nido junto a la sala de estar, mediante una cama rodeada de cortinas de lino traslúcidas.
La cocina, totalmente revestida en acero, también se íntegra perfectamente con el resto de la decoración, así como la magnífica mesa de comedor elaborada con maderas y metales reciclados. Particularmente, me ha fascinado el efecto que aporta la vistosa alfombra junto al sofá… Intento imaginarlo sin ella y pienso que no sería lo mismo ¿No creéis?
