Los aromas tienen un significativo e inmediato efecto en nuestros pensamientos, conducta y espíritu debido al modo en que nuestro cerebro se estructura. En general, cuando olemos perfumes, recibimos un estímulo positivo que nos ayuda a reducir la ansiedad, a estimular un ambiente relajado en nuestro entorno y a conseguir un mayor rendimiento mental. Estos beneficios nos tientan irresistiblemente a integrar ciertas plantas en nuestra vivienda y es por ello por lo que te aconsejo que tomes nota.
El aroma de la menta nos hace estar más alerta y despiertos. También reduce las ansias de los fumadores por los cigarrillos; asimismo, también puede estimular una actitud activa frente a tediosas tareas físicas que debemos realizar.
Oler romero también nos mantiene despiertos y estimula nuestra memoria a largo plazo. De manera que, si tus hijos se muestran un poco reacios a abrir los libros, presume de faceta ecologista ante ellos y pon algo de romero fresco en las habitaciones de estudio.
Oler salvia es otra opción similar a la del romero, pues también nos ayudará con nuestra memoria y nos hará sentirnos más activos.
¿En serio tienes problemas con los estudios de tus hijos? Existe una tercera opción a tu alcance. Prueba a preparar una infusión con corteza de limón y permite que el aroma se extienda por toda la casa. Comprobarás que el efecto es tan estimulante como oler el aroma de un bizcocho recién horneado que nos atrae directamente hacia la cocina.
El aroma del café nos despierta y nos anima a realizar las tareas diarias. ¿Qué sería de muchos de nosotros sin esa taza de café matutina? Solo el aroma que desprende una cafetera en funcionamiento y que nos llega hasta el dormitorio ya nos invita a abrir los ojos y a ponernos en marcha.
La esencia de naranja reduce la sensación de ansiedad. Si la conducción de un vehículo te resulta estresante, perfuma el coche con esta fragancia. Los atascos no se esfumarán, pero tú te sentirás más relajada con menos esfuerzo.
El olor a jazmín también reduce la ansiedad. Recuerdo gratamente este aroma procedente de un jazminero que mi abuela tenía en su jardín. Por la noche dormía con la ventana abierta para que su perfume me ayudara a conciliar antes el sueño. Nunca fallaba.
La ciencia coincide con la aromaterapia al afirmar que el perfume de lavanda es también relajante. No dudes en integrarlo en la decoración de tu habitación o en el aseo. Notarás intensificado este efecto combinado con la ducha o un merecido y prolongado baño.
Con estas ideas en mente, tampoco debemos olvidar que lo que olemos durante el día influye en nuestros sueños al dormir. Por esta razón es aconsejable añadir fragancias positivas en el dormitorio y de esa forma disfrutaremos mejor de un gratificante descanso y de un despertar estimulante.
«El sol nos habla por medio de la luz; con aroma y color lo hacen las flores; el aire con las nubes, la nieve, y la lluvia», Hermann Hesse. Me quedo con las sabias y poéticas palabras del escritor alemán y unas macetas de lavanda en el alféizar de mi ventana, y tú ¿qué aroma prefieres?
