Las queridas bestiolas, pequeñas esculturas de alambre y piedra, de Eva Muñoz son fruto de la fascinación que esta artista siente por los insectos. Así renace la bella libélula, el mosquito adquiere un insospechado carisma, y arañas y hormigas se dejan acariciar. El resultado es fascinante, seduce e hipnotiza.
El proceso. Sus queridas bestiolas fueron primero imaginadas, luego dibujadas y finalmente tomaron cuerpo entre sus hábiles dedos. Eva Muñoz en www.emarte.es lo describe de este modo: «primero boceto mis ideas y luego las transformo trabajando el alambre entre mis dedos. Lo doblo, lo retuerzo, lo corto, lo enredo, e incluso a veces, lo omito». Las piedras son muy cromáticas, los cristales buscan la luz y las texturas invitan el tacto. Son pequeñas esculturas de alambre y piedra con un destino. «En todo momento busco reflejar en cada pieza el entusiasmo por descubrir cuál será su final», explica Eva, quien tiene claro que «en el momento de crear una pieza, lo importante es intentar seducir…» porque, como señala esta singular artista, «cada creación tendrá un dueño… si consigue fascinarlo».
Colección Bestiolas, pequeñas esculturas de alambre y piedra de Eva Muñoz.