Carlos Pujol ha llevado a cabo la rehabilitación de este espacio en Reims, Francia. Un Triplex lleno de creatividad e imaginación donde no falta el humor, el arte gráfico, los colores brillantes y los muebles reciclados.
El interiorista catalán afincado en Francia no solo llevó la propuesta arquitectónica sino también el interiorismo y el diseño de muebles.
Lo que fuera una edificación compuesta por cuatro estudios independientes se convirtió en la casa soñada de los propietarios amantes del diseño y la vanguardia. Se buscaba proyectar el estilo de vida de los propietarios convirtiendo el espacio en un lugar acorde con las tendencias vigentes del diseño y la decoración. Otro de los requisitos era incorporar el exterior, Carlos Pujol lo resolvió al crear en el nivel superior una terraza abierta.
La redistribución de los espacios fue uno de los temas claves a la hora de intervenir la vivienda de tres niveles, con un nivel inferior adicional de acceso. Con este fin se demolieron los muros divisorios dando lugar a ambientes abiertos que conectaran el área social y la cocina. Al eliminar paredes, la escalera se integró en toda la construcción, lo que amplió cada uno de los niveles. Los dormitorios y baños se situaron en la primera planta.
Para ganar luminosidad, parte del piso del tercer nivel se reemplazó por vidrio de modo que la zona social y la cocina, que Pujol ubicó en el segundo nivel, contaran con entrada de luz natural procedente de la terraza. El tercer nivel o superior tuvo también una importante intervención arquitectónica, pues se creó una oficina estudio y se generó una terraza aumentando en 50 metros el espacio habitable de la casa.
Reconocido por su perfeccionismo, pero a la vez por su estilo caprichoso y divertido, el diseñador dejó en este proyecto volar su imaginación. Su gusto por el arte gráfico, los Beatles, las historias de infancia, los cómics, los muebles reciclados y objetos transformados pero con un nuevo uso se evidencian en cada ambiente.
«¿La clave de este apartamento? Crear un espacio inusual y peculiar. Me pasé un montón de tiempo con los propietarios y descubrí que compartíamos una serie de referencias culturales. En este tríplex, el eclecticismo está presente en todos los materiales, colores, estilos y épocas. Lo vintage y lo contemporáneo se mezclan perfectamente en los ambientes», explica Carlos.
El tema del reciclaje también se desrollo en la cocina, Pujol diseñó dos enormes mesas con ruedas, que cuentan con un marco de metal; sobre estas se instalaron superficies de madera lijadas y barnizadas procedentes de antiguos pisos.
En el corredor de dormitorios y baños del primer nivel, Carlos diseñó, inspirado en el cuento Alicia en el País de las Maravillas, puertas falsas, de diferentes tamaños, molduras y colores, mezcladas con otras reales, que generan confusión visual.
El dormitorio principal cuenta con un baño abierto en el que se instaló un lavamanos de Duravit, duchas italianas y, en las paredes, baldosas tono aluminio. Un gran espejo que refleja todo el espacio aporta la sensación de amplitud. La pared junto a la cama, de piedra y ladrillo, recuerda las dos etapas sucesivas de intervención del inmueble.
En el tercer nivel se creó un mezzanine o entresuelo que fue según Pujol la parte más complicada de la obra, pues además de los numerosos permisos requeridos, fue necesario construir un marco estructural de madera con la ayuda de una grúa externa de 60 metros de altura.
La nueva terraza tiene por finalidad ofrecerles a los propietarios una zona al aire libre en donde pueden relajarse o compartir con amigos. Con la remodelación, la altura del tercer nivel aumentó a 2,3 metros, lo que permitió crear una oficina en la que Carlos puso especial atención en la distribución y funcionalidad del área.
Al igual que en el resto del apartamento, muchos de los muebles fueron hechos a la medida, entre los que se destaca la mesa de trabajo inspirada en un ala de avión. Aquí también impacta el Superman gigante pegado en el techo, escaneado de un libro de cómics e impreso digitalmente en adhesivo, que se ve incluso desde la sala gracias al piso de vidrio de la oficina.
Es evidente que el tríplex es una clara muestra de eclecticismo en la que ninguna tendencia en particular prevalece. «Es terrible estar encasillado en los conocidos estilos. Uno debe reinventarse constantemente. El peor comentario que puedo recibir ante un proyecto es que me digan que tiene mi estilo, mi toque», asegura el diseñador.
Impresionante intervención donde el diseñador desarrolla toda su creatividad.