Esta casa en Formentera es un remanso de paz y un oasis de frescura, rodeada de una gran belleza natural sin estridencias. Respeta el estilo tradicional de las Islas Baleares, pero con un toque personal, ya que la propietaria tiene pasión por el estilo de la Provenza. Un refugio perfecto para desconectar y relajarse.
En el interior de la casa de una sola planta prevalece el color blanco interrumpido por los colores naturales de las telas y los accesorios. Colores delicados, muebles blancos y piezas recicladas.
En verano es un oasis de frescura, ya que todas las habitaciones tienen salida directa al exterior y eso permite que el aire circule libremente y mantenga una temperatura agradable y fresca.
La casa envuelta de pinos y sabinas está rodeada de porches donde las buganvilias dan un toque de color.
Imágenes vía: jurnal de design interior