El arquitecto Lluís Auquer ha llevado a cabo la rehabilitación de esta casa rústica situada en el Bajo Ampurdán, Girona. Ha conseguido transformar un viejo granero en una encantadora y cálida residencia en el campo.
La casa se desarrolla en dos plantas. En la planta baja se encuentran el salón, la cocina y el comedor en un amplio espacio que comunica a través de un porche con la piscina y los jardines. En la primera planta están los dormitorios y el baño.
El arquitecto utilizó materiales de la zona, como la piedra para levantar nuevos muros, restauró el antiguo forjado compuesto de vigas de madera y utilizó toba catalana para el pavimento de la planta baja.
La decoración se caracteriza por materiales nobles y tonos neutros. Destacan las alfombras en estampados étnicos, los cojines que aportan un toque de color y los especiales detalles decorativos que crean un ambiente acogedor y cálido.
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Fuente de la imágenes: Jurnal de design interior