Cadaval & Sola-Morales han diseñado la Casa X en Barcelona. Su forma es el resultado de proteger y dar protagonismo a un impresionante pino que se encuentra en la parte superior del emplazamiento, y asimismo de permitir las vistas al mar y a la montaña en direcciones opuestas. Se neutraliza con su forma la presencia de construcciones contiguas, dotando a la residencia de privacidad y unas vistas impresionantes.
Ubicada en una colina de Cabrils, en las afueras de Barcelona, la casa tiene dos plantas. La superior, más allá de la incorporación de un parking y de permitir el acceso a la casa, se concibe como una suite privada de los propietarios: sala principal, con vestidor y baño / WC y amplio estudio. En la planta baja hay una clara distinción entre la parte delantera y trasera, la frontal tiene una naturaleza totalmente abierta y pública, una sala de estar en un espacio de doble altura al lado de una cocina-comedor que se articula en torno a una mesa de mármol significativa: 8 m de largo. La parte trasera de dicha planta baja tiene las habitaciones y áreas de servicio, que a través de los patios se dan vistas directas y protegidas al valle, el mar y la montaña.
El proyecto es una exploración constructiva: una técnica usada regularmente para la construcción de infraestructuras, tales como puentes y túneles, se desarrolla aquí para cumplir con la escala arquitectónica, con el objetivo de incorporar la eficiencia y la reducción de los costes. El uso de una técnica mixta basada en la aplicación de un hormigón de alta densidad permite proyectar el material a una alta presión sobre un encofrado de una sola cara, para adquirir una alta resistencia estructural en periodos de tiempo extremadamente cortos. Por lo tanto, es posible proyectar muros continuos de 6 metros sin necesidad de utilizar un encofrado a dos caras (que sería el procedimiento de construcción habitual).
Principalmente, el proyecto de la Casa X, utiliza la forma de calificar los espacios de muy distinta naturaleza y darles un carácter individual, siempre incorporando el paisaje como protagonista. Más allá de la disposición espacial efectiva en la parte delantera de la casa, las vistas son el protagonista en cada espacio. La imagen del mar siempre está presente cuando se observa la montaña, y la montaña aparece como un reflejo al mirar el mar: una cualidad perceptiva que enriquece la experiencia de la casa.