Muchos de nosotros sentimos cierta debilidad por poseer objetos de una misma categoría: monedas, dedales, platos, sellos, cajas de cerillas, muñecas…
Para algunos, esta inclinación por el coleccionismo puede llevarlos, en ocasiones, a invadir su vivienda con multitud de ellos e, incluso, a dedicar una parte de los ingresos para aumentar paulatinamente la colección.
Otros, en cambio, se conforman con utilizar su colección como objeto decorativo, bien sea de uso privado en espacios reservados, o bien, luciéndola a la vista de todos.
Si se trata de exponerla para compartirla con los demás, debes tener en cuenta que hacerlo a través de la simetría es una manera muy acertada, pues siempre ofrece un punto de atracción irresistible.
Es cierto que tendemos a repetir esquemas porque nos aportan estabilidad y orden en nuestras vidas e intentarlo a través de colecciones de nuestros objetos preferidos puede estimularnos también a otorgar cierto carácter y personalidad a la decoración de nuestro hogar. De manera que no nos ha de extrañar si vemos expuestos objetos cotidianos tan inusuales como cafeteras, radios, botellas, piezas de mimbre, sombreros, coladores de cocina, faroles… No existen límites para elegir un objeto de colección, salvo el tamaño y el espacio en que los mostremos, pues ambos están íntimamente relacionados.
¿Has sentido la tentación alguna vez exhibir una colección atractiva y original en tu casa? Si no ha sido así, aquí te presento algunas sugerencias inesperadas. Seguro que alguna te tienta.