Las coronas de Navidad tienen su origen en el norte de Europa, aunque existen quienes las relacionan con las guirnaldas que los romanos utilizaban como ofrenda para sus dioses. Con el paso del tiempo y la aparición del Cristianismo, se cree que estas debieron de evolucionar y adoptaron la forma circular actual.
El círculo significa la eternidad y la sucesión ininterrumpida de las estaciones en el ámbito profano. Se confeccionaban con ramas de árboles de hoja perenne que representaban la persistencia de la vida en medio del duro invierno.
Para los cristianos, en cambio, representa el amor entre Dios y su Hijo, una relación eterna sin principio ni fin. Estas Coronas de Adviento se colocan en los hogares y en las iglesias en el centro de la mesa o el altar y se revisten de follaje verde como símbolo de esperanza. Asimismo, se colocan cuatro velas, tres de ellas moradas y una rosa o blanca que se encenderán a medida que las cuatro semanas de Adviento vayan transcurriendo.
En la actualidad, colocamos las coronas de Navidad como objeto decorativo en las puertas de las casas dando la bienvenida a todo aquel que nos visita. Para confeccionarlas y darles forma podemos emplear materiales tan diversos como nuestra imaginación y nuestro presupuesto nos permitan.
A continuación, os muestro unas sugerencias que os pueden servir de inspiración y, a partir de ahí, vosotros seréis quienes decidáis qué tipo de corona dará la bienvenida en vuestros hogares a los familiares o invitados que os visiten estas fiestas.