Decorar las paredes con cuadros o imágenes es una magnifica opción para crear ambientes originales y personalizados.
Los cuadros visten las paredes, aportan personalidad y proporcionan un recurso destacado entre los diferentes elementos de la decoración. Son útiles para reforzar el estilo decorativo y ayudan a crear efectos visuales.
Destacan fundamentalmente porque captan de inmediato la atención. Se los puede utilizar de manera intencionada para guiar nuestra vista hacia una pared o un área determinada. Cualquier error o desequilibrio en su distribución será rápidamente notado por el ojo del observador e impactará en la percepción de la decoración general.
Exponer colecciones de cuadros en casa no es fácil. No hay una sola forma de colocar cuadros para decorar paredes de forma original, sino múltiples posibilidades; pero hay que desarrollar cierto sentido espacial y buen gusto para distribuir cuadros de forma decorativa y armoniosa.
Una forma de decorar las paredes con cuadros es utilizar el concepto de simetría. Este concepto es válido tanto para cuadros apoyados en el suelo como colgados en la pared, y consiste en colocarlos a ambos lados de una línea imaginaria que actuará de espejo, de forma que las dos mitades parezcan iguales.
La simetría puede ser perfecta (dos o varios cuadros exactamente iguales en forma, tamaño, dibujo y color) o imperfecta, que añade pequeñas discordancias en colores, formas o diseños, aunque siempre respetando ese reflejo imaginario que hemos comentado.
Se utiliza tanto en ambientes de estética minimalista como en espacios muy clásicos (la simetría es uno de los principios básicos de este estilo), así como en las estancias que queremos que transmitan una apariencia de orden perfecto. La simetría imperfecta, en cambio, da un toque más visual, dinámico, vivo y alegre a la decoración de nuestro hogar.
Agrupar cuadros en línea es útil para proporcionar las dimensiones del espacio. Una línea vertical de cuadros hace que el techo parezca más alejado de nuestra vista. En ambientes angostos y reducidos conviene colocar los cuadros verticalmente, de esta manera se crea la ilusión óptica de un techo más alto y, por lo tanto, aumenta la sensación de altura en su totalidad. Las líneas horizontales son adecuadas para pasillos y áreas largas.
Una tendencia actual en este campo es la distribución en collage, que permite crear infinidad de composiciones. Sabiendo que un collage es una agrupación de elementos que habitualmente siguen una misma línea, lo ideal es buscar la uniformidad en los mismos, aportando variedad de formas y estilos. Por ejemplo, si nos decantamos por decorar un espacio con cuadros e imágenes, el marco y los colores se convierten en la clave para obtener el carácter personal y la diversidad deseada. Los recursos que pueden utilizarse para la creación de composiciones de pared son infinitas, solo hay que ponerle imaginación.
Es aconsejable dejar siempre un espacio razonable entre los cuadros, nunca debemos ponerlos muy próximos. Cuanto más pequeños, menor será la distancia entre ellos; por el contrario, cuanto más grandes sean los cuadros, mayor será la distancia entre ellos.
Una regla básica en la colocación es mantenerlos a la altura del observador, al nivel de los ojos. Colgar los cuadros demasiado altos forzando el punto de vista no es una buena opción. Se dice que la mejor forma de disfrutar un cuadro es cuando se lo ve desde una posición sentado. Si se coloca muy alto, puede parecer que está flotando, mostrando poca relación con el ambiente.
Los cuadros son elementos importantes a la hora de decorar nuestro hogar, nos permiten disfrutar de recuerdos al enmarcar retratos familiares, fotos de viajes y momentos especiales.
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