Nuestra cama es nuestro refugio, nuestro único lugar donde nos relajamos, meditamos, pensamos, soñamos y nos sentimos apartados del mundo en muchas ocasiones. Por eso sentimos admiración por la ropa de cama que muchas veces vemos en revistas, escaparates, telas lujosas, con estilo, que hacen de lo más atractivo nuestro dormitorio.
La mayoría de veces se exceden en precios que nuestro bolsillo no se puede permitir, por lo que os vamos a dar algunos consejos para decorar la habitación y lograr esa apariencia que nos embauca.
Uno de los enfoques más conocidos es partir de una gama de colores neutros y añadir un color como acento que rompa el esquema, por así decirlo. Nos podemos encontrar con tonos beiges y romper con un amarillo, que aporta vitalidad y luminosidad, o un rojo o mandarina.
Estos colores pasarán a un segundo plano, que utilizaremos para nuestros complementos, como pueden ser cojines, alfombras, plaids, jarrones u otros objetos.
Por ejemplo con esta funda nórdica y un complemento que acentúa.
Otro estilo sería la saturación del color, en el que elegimos colores principales como el chocolate, berenjena o verde y lo utilizamos en toda la habitación: paredes, sábanas, cortinas, suelo… y agregamos otro patrón diferente, una colcha estampada, de rayas, o de animales. ¡Tú mandas! No hay que tener miedo de mezclar.
Ambiente con colcha de rayas:
Otro ejemplo es utilizar un mismo color en paredes y cortinas y acentuar con esta colcha bianca:
Otra forma es revisar en el antiguo lecho de nuestras abuelas y recuperar sábanas vintage con encanto romántico, alfombras o cortinas que podemos utilizar para dar un toque de época.
En resumen, debemos amar y cuidar cada uno de nuestros rincones favoritos de la casa.