Un viejo pajar ha sido transformado por sus actuales propietarios en esta encantadora Casa de Campo en Cantabria rodeada de un maravilloso entorno.
La propietaria encargó a un constructor local construir una casa de campo que conservará el espíritu de la arquitectura rural de la región. La residencia tiene dos plantas con amplias estancias y unas preciosas vistas.
La decoración esta basada en la combinación de muebles de estilo rústico con otros restaurados de estilo francés.
La blancura de las paredes forma un dúo de claridad con la madera de pino de Soria, utilizada en las vigas y en los suelos. La piedra y la madera están muy presentes en toda la residencia.
En la cocina decorada en blanco encontramos una encimera de acero y el suelo de cemento pulido.
Una elegante combinación de textiles naturales, sillas tapizadas con tela francesa de lino natural, lámparas y flores conforman esta hermosa casa en la que se respira tranquilidad e invita a la relajación y a disfrutar del maravilloso entorno que la rodea.
Cada detalle contribuye a crear un ambiente cálido y acogedor.
La casa tiene una fachada de piedra impresionante y unos grandes ventanales en los que la luz entra a raudales. El ambiente en el interior es idílico y romántico con el encanto del estilo francés.
Imágenes vía: Jurnal de design interior