Valencia celebra a lo grande su fiesta más representativa, las Fallas, una celebración en torno al fuego y la pólvora que termina el 19 de marzo con la quema de los impresionantes monumentos, en los que no falta la ironía, la sátira y el sarcasmo.
Las Fallas son unas fiestas con una arraigada tradición en la ciudad de Valencia y diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana, que se celebran del 15 al 19 de marzo. Se ha convertido en una festividad de Interés Turístico Internacional. Se celebran en honor a San José, patrón de los carpinteros. Antiguamente, en la víspera de la celebración, se encendían hogueras para anunciar su festividad, recibiendo esa práctica ritual el nombre de falla.
Son esculturas espectaculares que llegan a superar los 25 metros de altura. A todos nos asombran el tamaño y su maestría, pero ¿cómo se crean?.
El embrión de la falla es la idea que sugerirá múltiples escenas relacionadas. El artista se encarga de plamar en un boceto el tema que resume la esencia del monumento, una vez aprobado lo materializa en una maqueta de arcilla o plastelina (escala 1:20) donde se aprecia con gran facilidad la estructura y composición de la falla, así como las secuencias.
En el taller, la maqueta se secciona igual que si se tratase de las piezas de un gran rompecabezas y se inicia el modelado del remate y de los ninots, que tendrán que ensamblarse con total precisión en la plantà.
El elemento principal de la falla es el ninot o figura satírica. Tradicionalmente hecho con restos de maderas, pasó a fabricarse posteriormente con cartón y hoy en día, el material de base es el poliestireno expandido o corcho blanco. Su elaboración tradicional es muy laboriosa y si tenemos en cuenta que en una falla de la sección 1.ª Especial puede haber fácilmente 50 o 60 ninots de todos los tamaños, entenderemos que el artista y su equipo trabajen buena parte del año a un ritmo frenético.
La introducción del poliestireno ha significado una revolución en el mundo de las Fallas. Su mayor ligereza frente al cartón, ha permitido la creación de ninots gigantes con volúmenes impensables hace años por problemas de peso y estructura. El cartón se ha quedado para las fallas de bajo presupuesto que reaprovechan moldes viejos. El problema del poiliestireno es que su combustión (es un polímero del petróleo) es más contaminante que la del cartón.
El diseño asistido por ordenador (CAD), facilita hoy el modelado tridimensional de figuras en la pantalla que luego un robot fresadora se encarga de tallar de forma automática en el bloque de poliestireno. El ahorro de tiempo que esto supone es muy notable, aunque el artista siempre tiene que hacer personalmente el acabado y pintado final.
Otra innovación que permite el CAD es el estudio estructural de modelos de fallas para mejorar su capacidad de resistencia al viento y otras condiciones adversas. No es raro que los vientos de Marzo provoquen el desplome de las estructuras más osadas, ya que las fallas cada vez son más atrevidas en el tamaño y volado de las figuras, lo que plantea problemas nuevos.
Estas son, en líneas generales, las maneras de hacer un monumento fallero. Por supuesto la elaboración y construcción puede variar de un taller a otro, pero lo que está claro es que todos los artesanos falleros trabajan con la misma intención: hacer que la noche en la que sus creaciones ardan sea inolvidable para los espectadores y visitantes.
Las fallas son el máximo exponente de la tradición y el sentimiento de un pueblo, una celebración en la que el fuego purificador engulle lo malo y lo negativo del año en los albores de la primavera.