Los arquitectos españoles Daniel Pérez y Felipe Araujo de Denys & von Arend, con la colaboración del estudio Egue y Seta, han llevado a cabo este proyecto de carácter integral que incluye la creación del concepto, reforma, interiorismo y desarrollo del diseño gráfico para un restaurante cuyo nombre hace una triple referencia a las famosas salchichas, la ciudad de Frankfurt y las antiguas estaciones europeas.
Estéticamente cuenta con variadas influencias de aire retro, como los viejos bares de carretera de la América profunda, los trenes de los años 50, el metro londinense y hasta una leve inspiración a la arquitectura industrial de la RDA alemana, todo ello apreciable a nivel material en los azulejos de 10×10 en verde piscina, las superficies metálicas brillantes, las tuberías y lámparas de inspiración fabril… pero principalmente en la recreación del aspecto de un vagón en la disposición alargada del local, los asientos enfrentados o esas estanterías que funcionan a modo de «ventanas» estáticas donde se invita al comensal a elegir su cerveza preferida bajo una iluminación hogareña.
Junto a esa dualidad que conjuga el viaje imaginario con el culinario, en el diseño de Frankfurt Station se ha trasladado el espíritu de la restauración «low cost» al proyecto de interiorismo, mediante revestimientos de gran durabilidad, bajo coste y sencillo mantenimiento, que ganan en calidez y personalidad gracias al mobiliario y las barras con acabado en madera, junto al suelo porcelánico que imita la textura de una tarima. Aunque esté ubicado en Barcelona, su estilo cosmopolita y deslocalizado convierte al restaurante en una una alternativa para todos los gustos (y los bolsillos).
La señaléctica es muy directa y alude continuamente al círculo incluso en los baños, consiguiendo una grata armonía entre lo geométrico y lo orgánico, lo retro y lo atemporal, con una tipografía elocuente y agradable de icono + texto. Todo estos hilos conductores de Frankfurt Station están pensados para satisfacer nuestro apetito sin complicaciones y disfrutar al mismo tiempo de una experiencia memorable.
