Miles de piezas acrílicas cuidadosamente cortadas y una estructura de células distribuidas a modo de eslabones, las dos cualidades físicas de esta creación del coreano Soo Sunny Park.
Lo primero que me llama la atención es la forma en que el conjunto refleja y refracta la luz natural, una luz que se reparte salpicada de colores y destellos por toda la galería, creando un efecto fascinante.
Los visitantes se sienten abrumados al entrar en la estancia, completamente inundada por un caleidoscopio multicolor. Dependiendo de la hora del día, las sombras y las luces se roban mutuamente el protagonismo y ofrecen todo tipo de reflejos y opacidades.
Unos detectores de movimiento ocultos responden a la interacción humana, añadiendo efectos musicales y variaciones en la forma de la estructura. El resultado es una composición que se mueve y se transforma al compás de la perspectiva, el tiempo y nuestra presencia en la galería.
Una experiencia absolutamente deslumbrante!!