La iluminación en el baño debe ser práctica y versátil, a la vez que decorativa, tiene que poderse adaptar a distintas situaciones, creando varios ambientes donde se respire una atmósfera agradable y relajante.
Para conseguir iluminar tu baño de una forma funcional, lo mejor es combinar diferentes tipos de iluminación.
Una iluminación general que debe ser lo más parecida a la luz natural, ya que es la que mejor, reproduce los colores y crea mejores ambientes. Los focos halógenos o led son una muy buena opción porque aportan una luz muy natural y cuentan con una duración prolongada. Se puede optar también por un foco central o luminaría que ilumine toda la estancia.
Para iluminar correctamente un baño, no deben utilizarse tubos fluorescentes, ya que este tipo de luz puede alterar la visión de los colores y puede resultar incómoda, por ejemplo, para maquillarse.
En muchas ocasiones, los cuartos de baño no cuentan con iluminación natural, pero en caso de que sí se trate de una estancia con ventana, deberemos aprovechar al máximo esta luz.
Puntual: la iluminación del espejo. Es la zona más importante y delicada, de manera que es donde se necesita una luz más uniforme y de intensidad adecuada. Además, la instalación del espejo determina la elección de una luminaria apropiada y debe seleccionarse conjuntamente.
Un error muy común es iluminar el espejo desde el techo, provocando la aparición de sombras en el rostro. Para anularlas y matizarlas, se deben incorporar apliques en los laterales del espejo, preferentemente con pantallas o difusores opales.
También se pueden utilizar apliques situados encima del espejo, para que lo bañen de forma homogénea. La reflexión del espejo ilumina el rostro sin sombras y crea una iluminación adecuada para el afeitado y el maquillaje.
Otro sistema de iluminación muy efectivo es complementar iluminación general con iluminación lineal. Añadiéndola detrás y/o insertándola en el mismo espejo, se consigue iluminar perfectamente el rostro.
Los espejos iluminados también son muy buenas alternativas. Simplifican la instalación y el presupuesto al no tener que añadir otros elementos ya que el propio espejo proporciona la iluminación adecuada para iluminar el rostro.
Iluminación de las zonas húmedas Para iluminar la ducha, bañera, o baño de vapor, recomiendan utilizar iluminación tenue y de bajo voltaje. Se podrá colocar en el techo con focos empotrados estancos o iluminación lineal led; o bien en la pared mediante bañadores de suelos. Es imprescindible respetar los índices IP de estanqueidad para las zonas húmedas para cumplir con la normativa de seguridad.
Coloca una luz más tenue para cuando te levantes por la noche o quieras darte un baño relajante. Incluso si eres un romántico, puedes colocar candelabros o velas para crear un ambiente más cálido en el área de la bañera.
Si lo que quieres es un baño relajante y acogedor, lo mejor es instalar puntos de luz empotrados en las paredes del baño o en el suelo. Estos conseguirán una luz tenue y envolvente. Además, resulta muy decorativo instalar luces puntuales sobre piezas concretas que se quieran destacar.
También deberás tener en cuenta el tamaño del baño y, si es pequeño, será suficiente con instalar una luz general y otra para el espejo.
En cambio, en las estancias grandes necesitarás iluminar la zona de la bañera y/o la ducha con focos estancos. Es importante tener en cuenta las dimensiones del baño para poder calcular el número de halógenos que necesitaremos colocar. Como dato orientativo, en un baño de seis metros cuadrados serán necesarias cuatro focos.
También se recomienda disponer al menos de dos interruptores, uno para la luz general y otro para la luz del espejo. De esta forma, tan solo utilizaremos la iluminación puntual cuando sea necesario y ahorraremos energía.
Y sobre todo, ten en cuenta que un baño bien iluminado siempre parecerá más grande.