Cuidado con la viscoelástica, aunque sea un gran invento:
(Lo que debes saber para comprar mejor)
– Cuidado porque no todas las viscoelásticas son iguales. Hay toda una serie de informaciones técnicas que podéis consultar, un rosario de explicaciones sobre la densidad, la rotura de la célula, la Nasa etc. Como no vais a poder comprobar ninguna de ellas, lo mejor es tener clara la procedencia, volvemos al tema de quién fabrica ese colchón. A partir de ahí, lo único medio normal que os debe importar es la densidad, que no baje de 60Kg si es posible. Y no confundamos con la densidad de la espuma o HR, en la que no deberíamos pedir menos de 25Kg por metro cúbico, aunque sea deseable como mínimo 30 Kg. Tengamos en cuenta que en todos estos números existe además una tolerancia importante de desvío. La única manera de comprobar las densidades es pesar, y resulta difícil que un consumidor vaya pesar un colchón, pero más aún que consiguiera aclarar a qué capa imputa cada peso para calcular densidades.
Por si fuera poco, puede haber quién esté aprovechando retales pegándolos hasta hacer una medida determinada, quien utilice la corteza de la pastilla original de viscoelástica por la parte blanda, y otras artimañas más increíbles aún.
– No existe un colchón de viscoelástica tal cual. Los colchones tienen un bloque básico de muelles, de látex, o de espuma. A la espuma le llamaremos HR o como queramos, pero al efecto, es espuma. Sobre ese bloque o núcleo, el fabricante utiliza diferentes capas que producirán la acogida de las personas en el colchón. Esa es la misión de la capa viscoelástica.
Sobre un bloque de espuma o HR de buena calidad, a partir de 4 centímetros de viscoelástica son suficientes para aprovechar sus beneficios, más centímetros pueden crear una mejor sensación para quien le guste, aunque también hay que entender que se hunda un poco más en el nicho que genera el cuerpo. (¿Qué espumas son o no de buena calidad? Pues eso sí requiere un master, pero en principio que nos aseguren más de 30 kilogramos de densidad de una procedencia fiable).
El timo está en llamar viscoelástico a un colchón que tiene una lámina de viscoelástica finísima, en ocasiones ni un centímetro, muchas veces ni eso, y probablemente integrado en el acolchado textil. Es un timo porque se asocian las ventajas de un producto, a algo que no las va a tener ni en broma. Eso ni hace efecto memoria, ni sirve para lo que se creó la viscoelástica, aunque si la espuma es buena, o si va en compañía de otras capas de espuma blanda (Shofft) por ejemplo, puede ser un colchón agradable, y por su precio, puede ser una buena opción para algunos. Se han llegado a ver colchones llamados “de viscoelástica” porque tenían medio centímetro de viscoelástica en la platabanda, o sea en el perfil, que no sirve para nada y, probablemente, ha sido la manera de reciclar el retal de fabricación de otros.
– Las ventajas de la viscoelástica son; una acogida muy agradable, adaptabilidad, porque se adapta perfectamente atendiendo a la carga de peso y calor que recibe, y cuidado con la indeformabilidad, porque eso no quiere decir que el colchón que uno compre no se vaya a deformar nunca en la vida. Incluso pensando en que tenga una gran viscoelástica, y en cantidad suficiente, los demás componentes del colchón son determinantes, y por supuesto el uso que se le dé también lo es.
– Algunos inconvenientes que se suscitan son por ejemplo que da algo de calor, y cuanto mayor es la capa de visco más, debido a que el nicho que se genere sea más profundo. La otra verdad es que la transpiración de este material combinado con la espuma es muy baja comparado con los muelles. Pero en general no hay graves inconvenientes que nos debieran hacer renunciar a un buen colchón con viscoelástica. El problema es que no se fabrique pensando en el resultado sino tan sólo en el precio. Cuidado con algunos colchones con platabandas o cubiertas oscuras, pueden esconder mejor las manchas, pero también esconden mejor las señales de humedad y de moho.
– El colchón con viscoelástica puede ir enrollado, eso no es, en principio, ningún problema. De hecho la mayoría de los colchones con visco van a pasar por la apisonadora antes de servirse. Se les lleva al límite rompiendo así la célula y comprobando su resistencia. Sobre todo, en el caso de la espuma, puede haber bajas calidades que no soporten bien el paso por la apisonadora, y en consecuencia no sean garantizables a largo plazo. Esa es otra razón por la que interesan fabricantes con infraestructuras mínimas, como ese tipo de máquina. Lo que no es interesante es que se almacene indefinidamente enrollado. La fecha de fabricación ayudaría a saber cuánto tiempo ha estado así, pero no es fácil que el vendedor la proporcione.
– Todo lo que tiene que ver con ácaros, o con temas de alergología varios es relativo. Como hemos dicho la visco no es como el látex, no va a ir sola en un colchón, así que hay que tener en cuenta todo el conjunto, y sobre todo la funda o cubierta textil.
El colchón más honesto es el desenfundable. Es más honesto porque fabricante y comerciante saben que el cliente puede abrir la cremallera y examinar la composición de un colchón para comprobar todo lo que se le ha dicho que lleva y cuál es su estado o apariencia. No por eso es la mejor opción, pero es interesante. Hay colchones que tienen tantas capas y con uniones tan sofisticadas que puede requieran de la funda cosida y platabandas firmes que garanticen mejor la forma. Este tipo de colchones tampoco suelen ser los más económicos, no sólo porque no deben engañar con su contenido, sino porque en estos casos todo el colchón se perfila, no se deja el corte original sin más, y además, el fabricante suele verse obligado a comprar las fundas, porque no suelen tener producción propia de confección. Los colchones cerrados, sin cremalleras se cosen directamente en la máquina que los cierra. (Como inconvenientes del colchón abierto o desenfundable se apuntan alguna rotura en cremalleras, desplazamiento de las capas si no están muy bien pegadas, o que el fabricante incluya una pre funda fija que de todas formas oculta el colchón. en general no son inconvenientes de peso, eso sí, el precio será mayor, incluso con la misma composición).
– En cuanto a las diferentes técnicas de pegado o superposición de las capas de diferentes espumaciones, no tengo nada que decir, porque no puedo comprobar todo aquello que se diga, y hay mucho que ni comprendo. A mí, algunos ejemplos me parecen sofisticaciones innecesarias para diferenciar de alguna manera y generar diferentes gamas de precio, en ese sentido, por poco que hagan, puede estar bien. Pero sí destacaría que se utilicen colas ecológicas, cosa que en pequeños talleres no se hace porque requiere de una máquina específica. Los fabricantes responsables se han pasado ya a este tipo de pegamentos que no emiten vapores tóxicos.
– También hay colchones con viscoelástica que tienen núcleo de muelles. En otro artículo hablaremos de los muelles, pero al menos diremos que, en primer lugar, en esta modalidad ya no aparecen tantos colchones de procedencia dudosa, y además, contamos con la transpiración del núcleo, que mejora en mucho esa debilidad intrínseca de las espumaciones.
– En los delirios comerciales de estos años se ha visto de todo, incluso la unión del látex y la visco, “Viscolatex”. Que me perdonen si no puedo entender un híbrido de este tipo, excepto si lo que se trata es de seducir a consumidores perdidos. Si uno quiere los beneficios del látex, del que ya hablaremos, tiene que comprarse un colchón de látex, y esos sí que son de látex todo el colchón, o tienen un núcleo de muelles. Aunque resulta que hay muchos menos proveedores de látex, y el mercado de este producto no se ha arrastrado de precios, por lo que la oferta es más fiable. Mezclar el látex con otras cosas en un colchón de espuma no tiene sentido, y no puede ser muy bueno.
En conclusión, quisiera dejar claro que los colchones buenos con viscoelástica son una opción muy buena para quienes gusten de su acogida. La excesiva oferta, la búsqueda ciega del precio, y la proliferación de empresas, dada la baja infraestructura que la fabricación con estos materiales requiere, es lo que ha traído tanta cosa rara al mercado. No existen colchones buenos con visco que bajen de 100€ en medida individual, mucho menos en las dobles, pero ni 100€ ni cerca de eso. Podemos encontrar colchones que cumplan una función básica en primeros precios, y que en nuestro caso sea satisfactorio para lo que buscamos y queremos pagar, pero eso tiene un nombre, y no es colchón de viscoelástica.
(Antes de comprar colchones debo saber…)
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