Este espectacular Loft de estilo industrial se encuentra situado cerca de Barcelona. En sus inicios era una antigua casa familiar con tejado a dos aguas, pero sus actuales propietarios, una pareja joven con dos niños, la reformaron y acondicionaron adaptándola a sus necesidades actuales. Un espacio donde se combina el estilo industrial con un ambiente vintage donde pequeños objetos y detalles aportan calidez a la decoración.
En el loft la distribución cambió por completo, pero se conservaron la mayoría de los detalles arquitectónicos originales: techos altísimos con una cubierta de tejas, las antiguas vigas de madera y las paredes de ladrillo visto combinados con nuevos elementos como el forjado de hierro que sustenta la segunda planta uniendo la tradición con la modernidad.
Los grandes ventanales que tiene la sala de estar son la fuente de luz natural que fusionan el exterior con el interior. Los visillos de largas caídas y la enorme lámpara de cristal que cuelga del techo dotan a este espacio de gran teatralidad. La decoración, con un sutil toque femenino, cuenta con varias piezas clásicas del diseño como la rocking chair de Eames o la lámpara arco de Castiglioni combinados con otros muebles de líneas más sencillas como la estantería blanca de obra o las mesitas lack de Ikea.
La cocina destaca por su carácter industrial por el uso de microcemento en el pavimento y en la pared frontal y el acero de los muebles y la encimera. El frigorífico rosa de estética años 50, las paredes de ladrillo visto pintadas en blanco y el resto del solado en madera envejecida la dotan de calidez. La zona de comedor se ha integrado por la continuidad de la encimera de acero y se ha resuelto con unas sillas Tolix, icono de los años 20.
En la planta baja se encuentran el dormitorio infantil, el baño, la cocina-comedor y la zona de estar. Estas tres últimas se distribuyeron de tal manera que comparten un espacio diáfano con un murete a media altura como única separación entre ellas.
Se aprovechó la altura para crear un altillo donde se ubicó el dormitorio principal sin tabiques, únicamente una barandilla, un cabecero de obra y dos armarios lo separan visualmente del salón y del dormitorio infantil.
El dormitorio infantil es una estancia amplia y luminosa que es compartido por los dos hermanos, niña y niño. Los propietarios decidieron usar el color de las paredes de ladrillo para diferenciar las dos zonas. El lado de la habitación destinado a la niña lo decoraron en tonos chocolate y rosa, dándole un aire vintage con una preciosa cama de hierro en color berenjena y unas cajas recicladas a modo de estantes. Una acertada combinación de verdes con una sencilla cama de toque retro, unas cámaras de fotos y una radio antigua decoran la zona del niño.
El baño ubicado entre la cocina y la habitación de los niños se revistió, al igual que la cocina, con microcemento, creando así un espacio uniforme y limpio que, combinado con elementos antiguos: el grifo, la pila del lavabo o el espejo, proporciona un resultado fantástico.
La decoración de este loft destaca por el equilibrio cromático, el uso de piezas antiguas recuperadas y la utilización de materiales y texturas naturales que crean un ambiente íntimo y acogedor.
Imágenes vía: Freshome