Hay lugares que solo con verlos apetece vivir ahí. Es el caso de uno de los nuevos proyectos de Ramón Esteve Estudio.
El Portet, se ubica en una parcela estrecha y alargada, en un área residencial de Moraira (Alicante, España). La vivienda cuenta con vistas lejanas al mar, a través de una zona boscosa.
La linealidad de la parcela condiciona directamente la geometría del proyecto, compuesto por un conjunto de prismas de diferentes dimensiones que se adosan desplazados, acompañando la direccionalidad de la parcela, de modo que se cierra a las viviendas colindantes y se abre a su propio jardín.
“Los diferentes volúmenes se deslizan uno respecto a otro con la intención de crear la conexión entre interior y exterior en las separaciones, generando una mayor riqueza espacial, iluminación y ventilación, y para marcar la independencia entre los diferentes usos sin perder la continuidad entre ellos” Ramón Esteve.
Las piezas más bajas tienen una única planta, y contienen los usos más públicos de la vivienda, como el salón, el comedor o la cocina, cuyas vistas vuelcan al jardín y a la piscina a través de un gran porche volado. Las piezas más altas tienen dos plantas, con usos privados y estancias más acotadas en el nivel superior, como las habitaciones.
“El gran escenario de fondo es el jardín, de cuyo espacio se apropia la casa, disparando su dimensión” Ramón Esteve.
En la zona central, una pieza a doble altura recoge el acceso y el distribuidor, sobresaliendo del resto de prismas, y marcando la entrada mediante su materialidad; un robusto muro de piedra que dota al acceso de mayor envergadura y escala.
Los espacios exteriores y la urbanización se configuran con el mismo planteamiento que los elementos construidos, de modo que el proyecto mezcla las bandas exteriores y la vegetación con las piezas de la vivienda, fundiéndose la vivienda con el paisaje inmediato.