¿Eres un enamorado de lo rústico? Entonces vas a quedarte prendado de esta masía en Mallorca, concretamente en Soller. Su propietario, Damián Sánchez, es fundador de “A casa bianca” y, con anterioridad, fue director creativo de Mango.
Estoy casi convencida de que esta residencia te gustará no solo por su proximidad al Mediterráneo, sino también por la decoración. En ella, la artesanía aparece combinada con elementos vintage y contemporáneos, reflejo del estilo de vida de su dueño.
Damián Sánchez intentó fusionar la esencia del campo que tanto le gusta con las comodidades de la vida moderna. El resultado salta a la vista de manera clara y evidente. Lo logró.
La propiedad cuenta, además, con una casa independiente para invitados , una zona de recreo con una hermosa piscina, varios porches alrededor de la casa y una terraza escalonada con cojines con estampados étnicos que la hacen más confortable y atractiva si cabe que se construyó para salvar el desnivel entre la casa y la zona de baño.
Un elemento que destaca en la decoración es la evidente atracción que el propietario siente por la cerámica. En todas las estancias aparecen piezas llamativas de esta artesanía: unas, adquiridas en anticuarios, como la colección de platos de la cocina y otras que ha ido adquiriendo en sus viajes o gracias a regalos de amigos conocedores de su apego hacia este arte manual.
En la rehabilitación del edificio, Damián Sánchez quería que el estilo de construcción de la zona se conservara. De ahí que el parasol de la terraza sea de cañizo; se ha mantenido la altura de los techos con vigas, algunos muros de piedra vista, los tonos naturales de la madera; los crudos y arena en paredes y textiles con los que ha creado una unidad cromática que se extiende por toda la casa y que, únicamente, se ve alterada por pinceladas de color que los cojines aportan en el salón o las sillas rojas tolix de la mesa de madera maciza en el comedor.
El dormitorio principal y el baño comparten un mismo espacio en la planta superior. Ambos quedan integrados en una unidad sin muros, salvo una mampara de cristal traslúcido que proteje la ducha de cascada. Llama la atención la espléndida bañera suspendida en el aire y sostenida por un esqueleto de acero, diseño del propio Damián. Los textiles de la cama proceden de “A casa bianca” y están coordinados en tonos naturales en consonancia con el color de las paredes y el suelo de madera.
Por toda la vivienda podemos ver numerosas piezas originales procedentes de anticuarios que por expreso deseo del propietario se han restaurado, pero conservando el aspecto antiguo de la pieza: la lámpara y el sofá de madera y cuero del dormitorio, las sillas de forja y las lámparas del salón, los recipientes de grano del vestíbulo…