Llevo varios días dándole vueltas en la cabeza a la idea de crear un artículo en el que las libélulas fuesen las protagonistas.
No sé de dónde procede mi apego hacia este silencioso insecto, pero la verdad es que siempre que veo una revoloteando cerca de mí, no puedo evitar seguirla con la mirada indagando dónde se posará o qué hará a continuación.
Sin llegar a considerarme una entusiasta coleccionista de objetos que representen este delicado insecto, sí he de admitir que poseo varios accesorios de plata o bisutería ( pendientes, broches y colgantes) que utilizo con frecuencia; sin embargo, no he dado todavía el paso definitivo de incluirlas en la decoración de mi hogar.
Así que como estoy “entre dos aguas”, esta vez me he tomado en serio el asunto de la decoración para ver de qué manera puedo incorporarlas en mi vida cotidiana sin que sea únicamente en mi manera de vestir o adornar mi atuendo.
Investigando sobre estos bichitos, he descubierto que el antiguo nombre de Japón, Akitsu Shima o Islas libélula, debe el honor a estos insectos. En el México prehispánico eran consideradas símbolo de la pureza del agua; para los mayas eran muy importantes pues, según cuenta la leyenda, las libélulas ayudaron al Sol a guardar en trece troncos huecos los trozos rotos de la Luna que había sido partida por un rayo. En Tahití se consideran agentes misteriosos de los dioses y los espíritus, mientras que en Escandinavia se consideran animales santos y en la mitología hindú figuran como elementos muy importantes, ya que cuando las personas mueren, las almas de estas se transforman en libélulas que esperan en la Naturaleza renacer en otra persona.
Como veis, no son criaturas sin importancia y, con frecuencia, aparecen representadas en todo tipo de objetos o elementos decorativos, ya sea en textiles, papeles pintados, esculturas, pinturas, lámparas, entre ellas las famosísimas Tiffany, incluso existe un determinado color de pintura que lleva su nombre, verde dragonfly, que en esta imagen inferior podéis identificar.
No pretendo aburriros con más información innecesaria, así que dejo paso a las imágenes para que sean estas las que os muestren la enorme cantidad de posibilidades con las que una sencilla, pero hermosa libélula puede contribuir para realzar vuestra decoración.