High Line es el Parque Urbano Elevado que se ha diseñado en Nueva York; se sitúa en la antigua línea de ferrocarril de la ciudad, que estuvo en desuso desde 1980 hasta el 2003, año en el que empezaron a interesarse en volver a darle utilidad.
El proyecto salió a concurso, presentándose al mismo 720 equipos de todo el mundo. Los ganadores fueron James Corner Field Operations y Diller Scofidio+Renfro.
El recorrido del High Line va desde la calle Gansevoort hasta la calle 34, habilitando un total de 2 kilómetros de parque urbano en altura.
Este proyecto se ha inspirado a partir del paisaje salvaje que ya existía en la antigua línea de metro. A partir de ahí se ha diseñado un sistema de pavimentación que estimula el crecimiento natural, creando un paisaje “sin camino”, mezcla de pavimento, vegetación y las antiguas vías del tren, dando lugar a recorridos que fluyen a través de dichas vías.
El mobiliario urbano también forma una parte importante de este proyecto. Los bancos son pequeños fragmentos que sobresalen del propio pavimento. Las luminarias, por su parte, están integradas en el propio paseo, y se han empleado luces LED energéticamente eficientes que iluminan suavemente las vías del parque.
El High Line es un modelo y un claro ejemplo sobre como reutilizar espacios o edificaciones existentes sin la necesidad de tener que derribarlos.