Me gusta el arte oriental, sobre todo el chino, porque está lleno de pasión y de amor por el detalle: la caligrafía, la porcelana y, por supuesto, la pintura. Para mí son piezas perfectas para decorar nuestro hogar.
A algunos puede parecerles que el arte chino es un poco recargado y tengo que darles la razón en algunas ocasiones, pero no siempre. Si buscamos, podemos encontrar verdaderas maravillas del minimalismo.
Para ayudar un poco a tener una visión global de la pintura tradicional china, el Victoria and Albert Museum de Londres ha presentado una exposición que comprende varias obras entre los años 700 y 1900. Las piezas han sido enviadas desde museos de todo el mundo, como el Boston Museum of Fine Art o The Palace Museum de Pekín, que ha prestado algunas pinturas que nunca antes habían salido de China.
La historia de la pintura tradicional china está dividida en cinco grandes periodos: La dinastía Jin (265-420), la dinastía Tang (618-907), las dinastías Song y Yuan (960-1368), el último Imperio chino (1368-1911) y la pintura moderna que imita las técnicas tradicionales.
La exposición del Victoria and Albert Museum comienza con el periodo de la dinastía Tang, momento en el que la pintura floreció en la corte real.
Artistas como Zhou fang mostraron el esplendor de la corte en las pinturas de emperadores, mujeres de palacio y caballos imperiales. La elegancia del arte figurativo chino llega a una altura que no había alcanzado antes en detalle y color.
En las dinastías Song y Yuan crece el entusiasmo por el mundo natural y los paisajes. Sus motivos favoritos son las montañas, los ríos, las plantas, los animales, los pescadores y los viajeros, el ciclo de las estaciones, el cambio de clima o las cualidades cambiantes de la luz natural. Poco a poco, estas imágenes realistas fueron cambiando hacia una estética monocromática.
Esta sección también incluye los célebres Nueve Dragones de Chen Rong, donde las criaturas míticas retozan en medio de las nubes, el agua y las montañas.
Al periodo entre 1250 y 1400 lo han llamado «Abrazando la soledad». Las innovaciones más notables provinieron de grupos de monjes y eruditos, que incluyeron la pintura, la caligrafía y la poesía en sus obras. Estos artistas no pintan para las comisiones oficiales, sino para la exhibiciones privadas. Bajo el dominio mongol, muchos vivían recluidos y canalizaron sus pensamientos a través de obras contemplativas.
La tinta negra sobre papel blanco se convirtió en el medio de la estética de la soledad.
«La búsqueda de la felicidad» (1400-1600) nos muestra la explosión artística de la dinastía Ming, estable y próspera, cuando se estimuló la demanda a todos los niveles de objetos artísticos.
El período final de la exposición (1600-1900) se divide en dos temas: «Desafiando al pasado» y «Mirando hacia el oeste».
«Desafiando al Pasado» explora la era de la rivalidad artística, cuando los pintores compitieron tanto con sus contemporáneos como con sus predecesores. Algunos eran estudiantes llenos de pasión que se identificaron como herederos de la gran tradición de la pintura china.
Estos pintores volvieron a interpretar los motivos tradicionales para demostrar su valía equiparándose a los viejos maestros.
Por último, «Mirando a Occidente» examinará el impacto de la pintura europea en China. El arte europeo y sus técnicas, como la perspectiva lineal y el claroscuro, se hicieron cada vez más influyentes en los ss. XVIII y XIX.
Como decía al principio, me encanta la pintura tradicional china, sus formas sinuosas y delicadas, su manera de representar el arte figurativo, el uso de la tinta negra sobre papel y, aunque parezca una paradoja, lo que más me gusta es su complejidad y su simpleza.
