Esta preciosa casa frente al mar me tiene hipnotizado. Me encanta el estilo con el que ha sido decorada, la calidez que aportan sus muebles en madera o fibras naturales y sus grandes espacios abiertos, porque nos dan la impresión de estar flotando sobre el agua.
Lo reconozco: soy un enamorado del mar. Mi sueño es tener algún día una casa frente a la playa, despertar con el suave murmullo de las olas y oír el canto de las gaviotas mientras desayuno en mi terraza disfrutando de las vistas. Al ver esta casa he vuelto a sentir de nuevo ese sueño y no puedo apartar mis ojos de ella.
Su terraza al aire libre y su piscina larga y estrecha, fluyendo de forma infinita sobre el océano son simplemente divinas, también su reluciente techo de madera o la brillante luminosidad que nos da el tragaluz en la parte superior de las paredes,
En la parte de la cocina se crea un agradable contraste entre los muros de ladrillo visto y la pulcritud del mobiliario en blanco, con una combinación de colores impecable, cálida, acogedora, gracias a los tonos naturales de la madera y del ladrillo cerámico, pero sobre todo por la sobriedad del blanco y del negro.
El toque magistral lo aporta el amarillo, salpicado levemente en casi todas las estancias, ya sea en un almohadón, unas flores, una butaca o incluso en una puerta. El resultado es un conjunto sugerente, moderno, fresco y muy atractivo.
Es una casa realmente hermosa, que supera con creces al mejor de mis sueños. Estoy disfrutándola mucho mientras hago este artículo y confieso que estoy impaciente por conocer vuestra opinión… ¿Qué os ha parecido?