Aunque me considero una amante de los espacios en calma, blancos e iluminados, he de confesar que una estancia repleta de colores vivos me vuelve loca y despierta todos mis sentidos, cuál bebé cuando descubre el color por primera vez.
Supongo que será síntoma de mi lado más infantil y a veces naif.
Esta casa, decorada casi al completo al mas puro estilo vintage, no por ello, luce sus estancias en blanco y negro, si no que ayudado por la gran presencia de luz que baña las estancias, consigue que esas piezas brillen haciendo destellear sus colores.
Sin duda el jardín y piscina constituyen un oasis importante dentro de la vivienda que recoje y dispara todos los rayos recibidos.
La reforma de esta vivienda se basó en un punto fundamental, «luz y más luz» y como es notable, no hay espacio que no se encuentre con su presencia.