Tarruella Trenchs Studio ha diseñado el restaurante CÉLERI, situado en Passatge Marimon, nº 5 en Barcelona. Este proyecto forma parte de la nueva etapa del estudio formado Sandra Tarruella y Richard Trenchs que presentan nueva imagen y nueva web, pero bajo la misma filosofía con un completo equipo de profesionales y diseñadores que abarcan diversas especialidades.
Memoria descriptiva. Volver a las raíces ofreciendo el mejor producto, de temporada y de proximidad es el objetivo de Tribu Woki, el grupo empresarial que nos encargó el diseño de un nuevo concepto de restaurante en la zona alta de Barcelona. El reto era integrar dos conceptos, un Woki Organic Market y un restaurante de tapas gastronómico, en un local de 350 m2 dividido en dos plantas ubicado en el pasaje Marimon, junto a la Diagonal y la plaza Francesc Macià.
El Woki Organic Market es un mercado 100% ecológico en el que los amantes de la alimentación orgánica pueden desayunar, comer o cenar a diario de forma rápida, sana y natural. Decidimos distribuir el espacio en diferentes áreas dependiendo del producto a la venta, ubicando los principales focos de atención (panadería, frutería y cafetería) en los puntos más visibles desde el exterior del local. Para hacer más atractivo el establecimiento desde la calle, retrasamos la entrada creando una pequeña terraza cubierta en la que conviven mesas, bancos y sillas de madera y metálicas con vitrinas de alimentos refrigerados, lo que le añade el color y frescura de las verduras.
Una vez superada la carpintería de cuarterones de hierro negro de la entrada, encontramos la zona de panadería, en la que el diseño de los mostradores y los materiales nos recuerdan a los obradores tradicionales. Escogimos la madera de roble para realizar los cajones que abrazan los distintos tipos de pan en exposición y la baldosa blanca para revestir el mostrador caja central. En la zona de cafetería, construimos con madera recuperada de roble y mármol blanco macael la barra de la zona de cafetería y los muebles y las estanterías detrás de la barra con madera de roble natural. De este modo diferenciamos y separamos los diferentes mostradores añadiendo el desorden de las paradas de mercado.
El supermercado bio se organiza en torno al juego de volúmenes de fábrica de ladrillo enlucido que envuelven la escalera que da acceso al restaurante de la planta inferior. Decidimos mantener los grafitis existentes de la pared medianera como fondo sobre el que apoyar las vitrinas refrigeradas, las estanterías de haya teñida y las cajas de madera de frutas y verduras ecológicas. El resto de referencias se exponen en los carritos de hierro y pino melis, que se pueden reubicar cuando se necesita más espacio en el comedor interior.
Para potenciar el uso de restauración o bar a cualquier hora del día se trabajó en distintos tipos de asiento y mesas a diferentes alturas. Con este objetivo colocamos una mesa comunal de pino teñido con taburetes de teca macizos, mesas y sillas plegables de madera de haya junto a un arrimadero de puertas recuperadas de sapelli y mesas de nogal con sillas metálicas lacadas. Bajo la carpintería de cuarterones de hierro negro ubicamos un banco corrido de nogal con mesas de DM negro y pie de hierro.
La iluminación de las zonas de panadería y cafetería se realiza mediante lámparas suspendidas de papel, que en la zona central del comedor se combinan con ventiladores. En las mesas perimetrales, el supermercado y la terraza exterior buscamos en cambio una iluminación más puntual mediante carriles de focos y apliques.
El restaurante gastronómico de la planta sótano se basa en la idea de comer en la cocina del chef Xavier Pellicer platos de productos locales y ecológicos de calidad. Para enfatizar esta idea hemos utilizado los materiales tradicionales de la cocina: piedra, barro y hierro.
Con el propósito de convertir una cocina industrial en un fondo atractivo hemos realizado una composición plástica de diferentes tipos de piedras que viste el tramo de muro sobre los muebles de acero inoxidable. La interacción cocina-cliente se potencia con la distribución de las mesas de manera perpendicular a la cocina vista, de modo que las mesas de trabajo del interior se convierten en mesas altas para comer, todas ellas siguiendo el mismo juego de piedras de diferentes colores.
La pared opuesta a la cocina se ha revestido con ladrillos macizos manuales que nos recuerdan a las cazuelas de barro y se abren puntualmente para iluminar las mesas de roble combinadas con sillones de madera tapizados.
Encontramos el hierro negro en el revestimiento de la campana de la cocina, en las lámparas que potencian la linealidad de las mesas de piedra y en la carpintería de cuarterones que separa la cocina del comedor y de la terraza interior.
En el mueble auxiliar de planta baja integramos las neveras lacadas con una encimera negra de resinas, armarios de DM negro y estanterías de cremallera con baldas de roble. En la planta sótano mantenemos el mismo lenguaje sustituyendo las estanterías de cremallera por estanterías de hierro negro integradas en las lamas de madera de roble teñido que revisten el volumen de cocina y baño.
Por último, basamos la intervención en el doble espacio interior en la idea de un jardín interior que agrupara los espacios del comedor superior con la cocina del Céleri. Reforzamos este concepto mediante la sustitución del pavimento continuo de mortero del interior por adoquines de hormigón y la colocación numerosas macetas de barro con las plantas típicas de un patio interior mediterráneo. Configuran el mobiliario de este reservado una mesa comunal de madera de pino teñida combinada con sillas de mimbre, lámparas suspendidas de fibras naturales y una zona de preparación de postres que integra el roble, el hierro, el hormigón y el acero inoxidable.
Imágenes vía Tarruella Trenchs Studio