La silla “Butterfly”(mariposa), como popularmente se la conoce, es una de mis piezas favoritas; también responde a otro nombre oficial, BKF, resultado de la unión de las iniciales de sus creadores: Antonio Bonet, Juan Kurchan y Jorge Ferrari-Hardoy, componentes del grupo Austral, una sociedad arquitectónica creada en Buenos Aires a finales de 1938. Estos diseñadores presentaron su creación en el 3º Salón de Artistas Decoradores de Buenos Aires en 1940 donde obtuvo el primer premio.
Debido al éxito que esta silla obtuvo, sus creadores olvidaron patentar el modelo y para cuando quisieron hacerlo, el mercado estaba ya repleto de copias e imitaciones de esta silla, lo que les obligó a paralizar su fabricación en 1951.
Aunque los arquitectos siempre lo han negado, se dice que esta silla está inspirada en otra que el ejército británico e italiano utilizaban en sus campañas en Túnez y Libia a finales del siglo XIX.
La silla Butterfly está compuesta por una estructura de tubos de acero con una funda volada de cuero o lona que servía de asiento y respaldo. En la actualidad podemos encontrar numerosas combinaciones por la variedad de tejidos y colores que se emplean en su fabricación.
Es innegable su versatilidad y ligereza, factores que han contribuido, además de su diseño, en que se convierta en todo un icono de modernidad que encaja en cualquier ambiente.
Debo confesar que mi modelo favorito es el que está realizado en cuero con costuras y cierto aire retro, ¿y el tuyo?.