Uno de los elementos de decoración más deseados, las sillas Eames, se ha convertido en un icono de elegancia y frescura que inunda el estilo nórdico.
Probablemente, esta silla se encuentre en un lugar destacado de tu lista de deseos para decorar tu casa. Las sillas Eames reúnen una gran cantidad de virtudes que las convierten en una pieza fundamental en la decoración actual. Sin embargo, no es un mueble nuevo; todo lo contrario, cuenta con más de sesenta años de historia. Fue diseñada por Charles Eames junto con su esposa Ray en 1948, convirtiéndose en la primera silla de plástico sin revestimiento que llegó a ser producida en serie.
¿Qué tienen las sillas Eames que las hace tan especiales y deseadas? Por un lado, un diseño sencillo, práctico y elegante, con una afortunada mezcla de materiales (plástico, madera y cromado) que dan lugar a diversas versiones de esta clásica silla: asiento de una gran variedad de colores, con o sin brazos, patas de madera, metal, o balancín.
Estas líneas puras y la combinación de materiales hacen posible que las sillas Eames encajen en cualquier ambiente y espacio. Son ideales como sillas de comedor, para una mesa de estudio, un vestidor, la cocina, y su versión balancín es perfecta para habitaciones infantiles. Podemos elegir el color blanco, que aporta luminosidad, o bien decantarnos por un color fuerte que rompa con la neutralidad del ambiente.
No es de extrañar que encontremos la silla Eames en casi todos los ambientes basados en la decoración escandinava o nórdica, ya que encaja a la perfección con sus claves: luminosidad, líneas puras y simples, importancia de la curva, o búsqueda de la funcionalidad.
Si bien es cierto que la silla Eames no es un producto barato, es posible encontrar en el mercado variedades y réplicas más asequibles, que mantienen el espíritu de las originales. Esta pieza de decoración es una apuesta segura por la elegancia, la sencillez y la importancia del mueble funcional.