Las ventanas son el vínculo entre el interior y el exterior de nuestras viviendas, por lo qué, de la correcta elección de las mismas, tanto si edificamos desde cero como si estamos rehabilitando nuestra vivienda, dependerá en gran medida el confort y la relación que vamos a tener con el exterior.
Básicamente hay dos puntos que debemos tener en cuenta a la hora de elegir entre todos los tipos de ventanas que hay: el aislamiento acústico y el aislamiento térmico.
Hay que tener en cuenta que las ventanas son la parte más débil del cerramiento de nuestra vivienda, por lo que un buen aislamiento en el resto de la fachada puede irse al traste por una mala elección de la ventana que vamos a colocar.
Aislamiento acústico:
A la hora de aislar acústicamente una vivienda, es importante que las ventanas hagan un buen trabajo, si no todo el sonido entrará (o se escapará) por las ventanas. Por supuesto no se necesita el mismo aislamiento acústico en una vivienda situada en el campo que en una calle muy transitada de una gran ciudad.
Es en los casos de las ciudades donde el aislamiento acústico es mucho más exigente, ¿os habéis fijado en como son la mayoría de las ventanas cuando camináis por una de las grandes vías de vuestra ciudad? ¡La mayoría de los residentes en estas calles se ha visto obligado a poner una segunda ventana por el exterior!
Pues resulta que esa es la mejor solución, el doble acristalamiento. Una ventana con doble cristal tipo «climalit» aislará mejor el sonido que una de cristal simple. ¡Pero dos ventanas de cristal simple aislarán más que una tipo «climalit»! Esto ocurre porque los planos separados entre sí amortiguan mucho más las ondas sonoras que cuando están muy juntos, por lo que la mejor solución es colocar dos ventanas, una en la parte interior del cerramiento y otra en la parte exterior.
Por supuesto, cuanto mejor sea la calidad de las ventanas mejor será el aislamiento, pero la doble ventana es algo a tener en cuenta desde el principio cuando diseñamos una vivienda en un lugar transitado o muy ruidoso.
Aislamiento térmico
Aquí podemos encontrarnos con varias situaciones que dependerán de dónde está situada la vivienda. Por ejemplo, en los países nórdicos las ventanas suelen ser muy grandes y con acristalamientos fijos, mientras que en el sur suelen ser pequeñas y practicables.
¿Por qué? Pues porque en los climas fríos se busca captar la energía de la luz del sol para calentar las estancias, por lo que es necesario tener grandes superficies acristaladas, pero al mismo tiempo ese calor debe retenerse en el interior de las viviendas, por lo que la mayor parte de los cristales no se pueden abrir, ya que de esa forma son mucho más estancos y se pierde menos energía. En los climas cálidos buscamos que no entre mucho sol directo para que no se caliente la estancia, y al mismo tiempo queremos poder abrir las ventanas para ventilar, especialmente por la noche. Estas son estrategias bioclimáticas que se han establecido con los años y que, gracias a las nuevas tecnologías, podemos modificar.
Si vivimos en una zona cálida es posible colocar grandes ventanales, pero es imprescindible planificarlo correctamente. Hay que colocar sistemas que den sombra al hueco de la ventana para evitar la entrada de luz solar directa, ya que eso convertiría la estancia en un autentico invernadero. Para ello lo mejor es colocar sistemas fijos bien calculados. Por ejemplo, en una orientación sur, un voladizo de la longitud correcta impedirá que la luz entre directamente en verano, pero se lo permitirá en invierno, lo cual es perfecto para caldear la casa.
Es importante tener claro que, si no queremos que la vivienda se caliente demasiado, hay que proporcionar sombra a la ventana por el exterior: voladizos, toldos, sistemas de lamas exteriores, brise-soleil, persianas, vegetación… hay multitud de posibilidades. SI colocamos un sistema por el interior, la radiación solar calentará la estancia.
En climas fríos, lo importante es captar energía del sol y no dejarla escapar, por lo que habrá que permitir la entrada directa de la luz solar y tener mucho cuidado en colocar una ventana de calidad. En ese sentido, cuanto mayor sea la superficie que no puede abrirse mayor será la estanqueidad de la ventana, por lo que aislará mejor. Además, son mucho más estancas las ventanas abatibles que las deslizantes, por lo que es más recomendable colocar este tipo de marcos. Aquí sí interesará poner dispositivos de control solar por el interior de la ventana; cortinas, estores, lamas… nos evitarán el deslumbramiento pero dejarán entrar el calor.
En cualquier caso, una buena elección en los materiales ayudará tanto en climas fríos como en climas cálidos.
Si nos decantamos por un marco metálico, es imprescindible que este tenga rotura del puente térmico para evitar pérdidas de energía. Los marcos de madera y PVC tienen un buen aislamiento térmico.
El acristalamiento es una parte importantísima, ya que supone el 80 % de la ventana. Lo ideal es que sea al menos doble, aunque en casos extremos puede ser triple, con cámara estanca entre los cristales.
Espero que este artículo os sea de ayuda a la hora de elegir vuestras nuevas ventanas, recordad que una buena elección os aportará confort y ahorro para mucho tiempo.