El estudio de arquitectura Patkau Architects ha diseñado esta fantástica residencia, Tula House, situada en la isla Quadra en la provincia de la Columbia Británica, Canadá. Es un magnifico ejemplo de cómo la arquitectura orgánica se integra perfectamente en un entorno natural protegido único.
La arquitectura orgánica es una filosofía de la arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural. El estilo orgánico es un movimiento arquitectónico que se deriva del funcionalismo o racionalismo y que puede considerarse promovido fundamentalmente por los arquitectos escandinavos en la década 1930-40 y por el arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright.
El proyecto de la residencia pretende resaltar la intrínseca conexión con el paisaje circundante, explorando la riqueza y diversidad del entorno mediante la formación de una estructura cuya geometría refleja las irregularidades de los salientes rocosos, el bosque y la playa.
La topografía del terreno es altamente irregular con perspectivas diversas. Las vistas hacia el oriente se pierden sobre el mar abierto y las islas del Estrecho de Georgia, hasta las sierras de la parte continental de British Columbia. La vista al sur observa una pequeña dársena. Colinas de basalto cubiertas de musgo se intercalan entre las extensiones arboladas y grietas de exuberante vegetación, valles y terrenos pantanosos. Árboles de aliso rojo y arces de hoja ancha dan vida al predominante oscuro bosque de abetos Douglas. La costa de la playa debajo de la casa está llena de restos y desechos del océano, donde troncos y rocas han sido repartidos por todas partes por las mareas y las tormentas.
La vivienda logra una sensación de morada entre la diversidad del paisaje. Muretes de roca delinean un camino de grava hacia la casa. Muros de hormigón, escalonados e independientes, revestidos con paneles de fibrocemento, comienzan a describir el espacio. Estos paneles son de color negro. Desde la distancia, la casa se aleja visualmente en el bosque oscuro. La cubierta, plantada de musgo nativo, aparece desde arriba generando continuidad con el terreno circundante.
Agua subterránea fluye continuamente a través del lugar y es almacenada momentáneamente dentro de un patio de entrada. El terreno plano del patio y el piso interior de la casa, son placas de hormigón distribuidas en grandes fragmentos. En el interior de la vivienda, los espacios se definen por una serie de paredes de hormigón que canalizan el flujo del espacio a través de vistas al mar. Este flujo primario se diversifica a espacios secundarios, que se ramifican, y separan, centrándose en la diversidad en el lugar: a la pequeña dársena desde el rincón de la cocina, a un saliente de roca cubierta de musgo desde las habitaciones, y una vista posterior hacia una franja de árboles de hoja caduca.
Un techo con estructura de acero, refleja el orden de los muros de hormigón y placas de piso. Estrechas claraboyas, proyectan luz en ángulos oblicuos a través del espacio. Al borde del abismo, la solidez de los pisos de hormigón se queda atrás. Una extensión ininterrumpida de vanos de cristal, trae al interior vistas sublimes y distantes del estrecho, mientras que ventanas en el suelo de la sala de estar se abren vertiginosamente a las texturas e inmediatez de la playa y el océano. La carpintería flota libremente en los espacios, imitando los restos y desechos naturales de la playa.
Premios:
Canadian Architect Award of Excellence, 2007
Governor General’s Medal in Architecture, 2014
Imágenes vía: Cool Houses © James Dow