Envuelta en elegantes aires decimonónicos y llena de detalles dramáticos, esta preciosa casa de Melbourne respira romanticismo neo-gótico por todos sus rincones.
De contrates tonales entre grises y blancos, los acentos teatrales los ponen los tonos en negro. Los accesorios decorativos, de constantes referencias al siglo XIX, combinan a la perfección con el mobiliario de diseño como la ghost chair de Starck.
Una decoración diferente para una familia diferente, que busca la belleza en la elegante oscuridad.
¡Qué las musas os inspiren!