¿Cómo mejorar el mejor aeropuerto del mundo? Esta fue la pregunta que se planteó la firma de diseño y arquitectura Gensler, que colaboraba con el Consorcio HMGY en el proyecto de construcción de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Incheon en Corea del Sur. La respuesta, una mini ciudad sostenible dentro del propio aeropuerto, que contiene desde un típico estanque oriental Koi hasta un completo distrito comercial.
Para entender mejor el concepto, hemos de tener en cuenta en primer lugar, que este aeropuerto de Corea del Sur, no es en modo alguno comparable a cualquier aeropuerto europeo o americano. Es un gigante, propiamente dicho, como muchos aeropuertos asiáticos, que parte de una superficie base mayor de 200.000 m2. En Asia gustan las cosas a lo grande, no en vano, Incheon fue seleccionado como el mejor aeropuerto del mundo por el Consejo Internacional de Aeropuertos.
Esa elección no fue un escollo para que Gensler optara por hacer algunos cambios en la Terminal 2, cuyas obras han comenzado recientemente. La intención desde el principio era la de hacer una terminal de clase mundial donde no existiera la noción del tiempo. Eso significaba superar la Terminal 1 desde cualquier punto de vista posible (servicio al cliente, sostenibilidad, diseño, etc.).
Entre los elementos singulares que poseerá la próximamente remodelada Terminal 2 destacan:
1. Múltiples espacios característicos del exterior: Además de los estanques Koi antes mencionados, la nueva terminal goza de cascadas, arroyos, aviarios o grandes jardines que ocupan una superficie equivalente a dos campos de fútbol, uno de los cuales es un jardín de esculturas de inspiración occidental.
2. Paneles fotovoltaicos integrados en las zonas ajardinadas. La integración de dichos paneles se va expandiendo a medida que la construcción va avanzando.
3. Claraboyas gigantes que reducen considerablemente la necesidad de iluminación artificial en numerosas áreas durante una gran parte del día.
4. Una zona comercial lo suficientemente grande para ser considerada distrito, que incluye área de descanso y de comida, y que funciona de forma sostenible.
5. Una distribución del aire ultra eficiente y sistemas HVAC. Para poner un ejemplo, el aire acondicionado únicamente está disponible hasta tres metros más allá de los lugares por donde deambulan los visitantes del aeropuerto. No existe aire frío en los espacios vacíos de personas, lo que supone un ahorro considerable en energía.
La integración de todos estos elementos sostenibles en Incheon no fue fácil. Los aeropuertos consumen mucha energía durante las 24 horas del día, abarcan grandes superficies en expansión y las ventanas por lo general no pueden abrir. Por no hablar de que se genera tanta basura al día como en una ciudad pequeña.
Para Gensler, es importante que los aeropuertos sigan evolucionando en tiempo real con las tecnologías de eficiencia energética, con el fin de poder educar y concienciar a los millones de pasajeros que pasan por estas instalaciones cada año, y ser parte de la solución global en el objetivo de la reducción de los impactos medioambientales negativos. La remodelada Terminal 2 de Incheon, que estará abierta para los JO de Invierno de Pyeongchang 2018, será algo más que un centro comercial, será un edificio de la comunidad, donde las personas que entren tendrán la oportunidad de enriquecerse culturalmente.