Erase una vez una heladería cansada de ver como sus compañeras se vestían todas de colores cremas y pastelosos, en donde todo era bonito y cantaban los pajarillos.
Incluso antes de leer sus referencias, ya andaba pensando yo: vaya, una heladería diferente! me gusta!!!
Y justamente esa era la idea que iban persiguiendo.
Once Upon a cream, es un espacio público mágico, dónde fluye la fantasía, donde se refleja de esa manera tan Willy Wonka un mundo de producción original y animado.
Tuberías de cobre que suben y bajan por techos y paredes, engranajes y tornillos de industria… y mesas que recuerdan a ferias y norias.
Mesas diseñadas a base de listones de madera, a modo de caja de embalaje, y una pared cubierta de espejo que me ha llamado especialmente la atención.
El brillo que aporta el cobre y la luminosidad y reflejos del espejo…hacen amplio y luminoso el espacio, trayendo al interior lo que sucede en el exterior.
Me parece un espacio ideal, una decoración singular, y llamativa, que hace imposible no entrar a degustar.
Aunque las únicas imágenes encontradas son en 3d (Por cierto, bastante buenas) las referencias indican que la heladería se encuentra situada en Hua Him a unos 200 km de Bangkok, Tailandia, y diseñado por Mada Factory Design.
Está bastante lejos para poder visitarla, así que ¿¿por qué no conformarnos imaginándonos tomando un rico helado??
¡El mío es de chocolate y menta!