Elegante, atractivo, con clase, absolutamente irresistible, vibrante y extrovertido. Así podríamos definir el apartamento en París de Sacha Walckhoff, uno de los hombres más famosos del diseño, director creativo de la casa Christian Lacroix y el hombre que hay detrás de algunas de las más comentadas creaciones en productos no solo para el hogar, sino también recientemente como diseñador en las colecciones de prêt-à-porter para hombres.
Su casa refleja la estética y el carácter de este parisino nacido en 1962, criado en Suiza y estudiante de la escuela de Arte y Moda de Barcelona, un perfecto ejemplo del estilo mix and match que respira la firma Christian Lacroix. Junto a las antigüedades compradas en sus numerosos viajes alrededor del mundo se encuentran obras de arte contemporáneas.
Coleccionista de cerámica «siempre he sentido pasión […] quizás gracias a la influencia de mi abuela, que era de Limousin.
En su apartamento podemos admirar, además de su afición desmedida por los muebles de los años 50, piezas de Picasso, Cocteau, Charlotte Perriand, Hella Jongerius, Garouste and Bonetti, Marcel Wanders… y estos no son más que parte de la lista.
Cada objeto, cada imagen, cada tela evoca una emoción: «Mi apartamento no es un showroom para lucimiento de marcas o nombres; es un exacto reflejo de mí mismo, de mi interior», nos cuenta Sacha Walckhoff.
Una experiencia increíble de color, diseño, imaginación y talento mezclado con un saber hacer que solo muy pocas personas pueden adquirir en su vida. Piezas de arte, muebles ubicados de manera casual, una combinación de materiales, diseños y colores, una mezcla de estilos clásicos, contemporáneos y súper modernos donde todo encaja como en un rompecabezas.
Sacha Walckhoff transformó el interior de su apartamento en París en la proyección de su mundo interior complejo, lleno de sueños y fantasía.