Es habitual que la única renovación que necesita nuestra cocina sea la sustitución del antiguo suelo debido a su envejecimiento o su mal estado. Como alternativa a quitar las baldosas y colocar unas nuevas (lo que supone desmontar muebles y sanitarios, generar escombros y suciedad y la necesidad de recurrir a un albañil) el mercado nos ofrece numerosas soluciones sencillas y económicas.
Para cambiar el suelo de la cocina sin obras podemos hacerlo incluso nosotros mismos superponiendo un nuevo pavimento sobre el existente. Tenemos varias opciones:
Suelos laminados: Su principal característica es una realista imitación de los diferentes tipos de madera natural con numerosos diseños, colores y acabados. Se fabrican a base de fibra de resina y madera prensada, ofreciendo un alto nivel de resistencia al desgaste y al impacto, con distintas características en función del uso al que se destinen.
Para su utilización como suelo de cocina hay que asegurarse de que son hidrófugos, es decir, que cuentan con un sistema que evita la humedad y las filtraciones; por ejemplo de HDF o PVC, característicos por ser impermeables y pensados para cocinas y baños.
Los suelos laminados se presentan en distintos formatos y diseños de piezas machihembradas que se acoplan fácilmente unas con otras. Se colocan sin obras, sobre un film de plástico, dejadas caer sobre el suelo de la cocina sin ningún tipo de adhesivo adicional. La limpieza debe realizarse con mopa o aspirador, y en el caso de limpiezas más intensas, esporádicamente, con productos neutros.
Algunos fabricantes y proveedores: Leroymerlin – Faus – Quick-Step
Suelo vinílicos autoadhesivos. Los pavimentos de PVC o vinílicos son duraderos y resistentes al agua, no necesitan obras, son aptos para calefacción de suelo radiante y resultan fáciles de limpiar. Resultan idóneos para la cocina u otras estancias de la casa en contacto asiduo con el agua, como baños y aseos, ya que presentan una gran dificultad para pudrirse.
El suelo vinílico lleva un capa impresa de acabado, ofreciendo numerosísimos diseños, desde imitaciones realistas de materiales naturales como la madera, hasta patrones exclusivos modernos y coloristas. Se presentan en dos formatos: losetas cuadras desde 30×30 a 45×45 cm, lamas de entre 30×60 y 60×120 cm y en rollo continuo de distintos anchos. Su espesor oscila entre 0,08 y 0,30 mm y el fabricante informará sobre el espesor recomendado para cada uso.
La colocación del pavimento es muy sencilla ya que no requiere preparaciones previas del soporte, únicamente comprobar que no hay piezas sueltas ni desniveles o cejas pronunciadas. El suelo incorpora un adhesivo en su cara inferior que se pega sobre el existente, pudiéndose doblar para cubrir rincones e incluso pegarlo sobre las paredes. La vida útil de estos suelos puede oscilar entre los 5 y los 20 años.
Algunos fabricantes y proveedores: Leroymerlin – Pavimentos Arquiservi – Gerflor
Pavimento continuo de resina. Los pavimentos de resinas ofrecen un espléndido acabado de una sola pieza, sin juntas y con infinidad de colores y texturas, que se realiza vertiendo y nivelando una mezcla de resina epoxi con mármol triturado, cristales de colores o áridos de sílice coloreado. Resultan muy originales como suelo de cocina.
Es un suelo de gran resistencia, impermeable y con acabado pulido, cristalizado, mate o incluso antideslizante, que permite incorporar toda clase de dibujos y diseños. El espesor oscila de 2 a 5 mm según el fabricante o el tipo y estado del soporte. Su colocación requiere de conocimientos sobre el producto y, al tratarse de un material de varios componentes, es esencial realizar una correcta dosificación y amasado. Se necesita consultar con el fabricante la idoneidad del soporte y si es preciso intercalar una capa de rigidización sobre el pavimento existente.
Algunos fabricantes y proveedores: Hempel
Microcemento. Es un suelo compuesto de cemento mezclado con polímeros, fibras que se combinan con pigmentos de colores que se adhieren a toda clase de superficies. Como el de resinas, es un pavimento continuo de una sola pieza resistente al agua.
Es adecuado para cubrir superficies de toda clase como hormigón, cemento, azulejos, baldosas, yeso, pladur, metal, plástico, gres o mármol. Ofrece una gran variedad de texturas o acabados y la capacidad de combinar con madera, metal o vidrio, entre otros materiales. Al igual que las resinas, tras mezclarse y amasarse se distribuye en la superficie, cubriéndola, hasta obtener un recrecido que puede ir desde 2 a 3 mm. Es recomendable su aplicación por un especialista que valore el estado previo del soporte.
Algunos fabricantes y proveedores: Cementopulido – Microimpres – Lafarge – Tecnocemento
Baldosas machiembradas en seco. El sistema de colocación en seco permite colocar baldosas cerámicas sobre el suelo de la cocina ya existente, sin necesidad de arrancarlo, sin adhesivos y sin obra de ningún tipo. La baldosa tiene una capa de polietileno de alta densidad que provoca un efecto ventosa que garantiza una perfecta adherencia y sujeción. Además de ser fácil de colocar incrementa el aislamiento térmico y acústico de la vivienda.
Es un avanzado sistema de colocación cerámica en seco, que no utiliza ningún tipo de cemento y tampoco requiere rejuntado posterior, pudiéndose pisar tan pronto como esté colocado, sin esperas. Su instalación es muy sencilla, como ensamblar las piezas de un puzzle, de la misma forma que se puede desmontar íntegramente, reutilizando las piezas en otro lugar. Es sin duda la mejor alternativa a pavimentos no-cerámicos de colocación rápida como los laminados o vinílicos.
Algunos fabricantes y proveedores: Porcelanosa Grupo Butech.
Consejos: es necesario tener en cuenta una serie de cuestiones para asegurarnos un buen resultado.
El suelo de la cocina actual, que servirá de soporte al nuevo, ha de estar en buen estado, sin piezas sueltas, desniveles ni cejas (baldosas que sobresalen en las juntas de sus vecinas). De ser así, será necesario colocar una capa de mortero de cemento, nivelar y formar un soporte estable que impida posibles movimientos en el nuevo pavimento.
Hay que comprobar si con el espesor del nuevo pavimento queda espacio suficiente para el paso de la puerta de la cocina. De no haberlo, será necesario cepillar su parte inferior para rebajar la altura. Al ser elementos superpuestos, se produce un desnivel entre el nuevo pavimento y el contiguo, haciendo necesaria la colocación de juntas de transición que salven y oculten el desnivel.
Por tratarse de cuartos húmedos con presencia de productos químicos, es necesario exigir al nuevo material que sea resistente a la humedad, a los productos de cocina y a los posibles golpes accidentales.
Se pueden aplicar sin la necesidad de levantar los muebles de cocina, esto simplifica los trabajos. Una vez elegido el pavimento es recomendable adquirir una cantidad adicional de productos para futuras reparaciones y reposiciones.