Esta casa de campo ha sido diseñada por el estudio de arquitectura Lizarriturry Tuneu. Su encanto se debe a que, aunque es una casa nueva, se construyó siguiendo los principios de la arquitectura tradicional en cuanto a la orientación, los materiales y la distribución cuidadosamente planificada de los espacios.
El estudio de interiores Esther Prat Baida fue el responsable de la decoración de la casa en la que eligieron una base neutra con dominio del blanco cálido y combinaron elementos naturales como la madera, la piedra, el lino y el algodón.
El resultado es un hogar cálido, luminoso y cómodo. Las paredes exteriores están revestidas con piedra mientras que, en el interior, se utilizó estuco de cal y arena, lo que da mucha claridad. Los techos se han revestido con madera pintada en blanco y el pavimento es de microcemento de color arena que añade encanto a la casa.
Otro elemento para representar el pasado son las ventanas y puertas exteriores, que tienen perfiles de hierro y grandes paneles de vidrio que son muy ligeras y dejan pasar la luz y disfrutar de unas preciosas vistas de los exuberantes jardines de los alrededores. El porche está situado en la fachada de orientación este, para disfrutar de unas tardes de verano frescas.
Imágenes vía: Jurnal de design interior