Un ambiente rústico no ha de estar reñido con la modernidad.
Eso le ocurre a esta vivienda típica de la sierra mallorquina que ha respetado la construcción tradicional con viguería de madera en techos, muros perimetrales anchos de piedra con adobe, con un interiorismo muy acorde con la edificación y cultura de la zona.
Para conseguir esta buena sintonía entre la envolvente y el interior, se han buscado materiales nobles como la madera natural en muebles y la piedra de canto rodado en el fratasado continuo que recubre el suelo de toda la vivienda.
Todo este interior queda rematado proyectualmente hablando gracias a pequeños objetos y mobiliario que le dan el toque personal haciendo que, esta vivienda sea ideonea tanto para vacaciones como para estancia de largas temporadas.