La artista canadiense Myriam Dion nos demuestra que la creatividad y el buen gusto no necesitan grandes recursos. A partir de unos simples periódicos y armada con un bisturí, es capaz de ofrecernos texturas e imágenes realmente cautivadoras.
Su trabajo se desarrolla mediante un proceso paciente y meticuloso, actuando en contra de la corriente y tomándose su tiempo para concentrarse en sus patrones y recrearse en cada uno de los detalles. Como dice la artista “Mi enfoque es un refugio ante el ritmo asombroso de la vida. Un gesto político y una critica ante una sociedad de la que a menudo somos esclavos”