¿Eres de las personas que no se atreven a decorar en amarillo su hogar o, por el contrario, eres de esas personas rompedoras que disfrutan arriesgando con la combinación inusual de colores? Pues si eres de este segundo tipo de personas, creo que te interesará lo que te voy a contar.
El amarillo siempre ha sido un color lleno de contradicciones y bien lo demuestran los diferentes usos y significados que se le han otorgado a lo largo de la Historia: en la cultura china es el color de la nobleza, por eso los emperadores vestían habitualmente ropajes de ese color; los clásicos griegos representaban a sus dioses con el pelo dorado y durante la Inquisición española, los acusados eran obligados a vestir de amarillo, al igual que los proscritos.
El amarillo es un color que muchos de nosotros consideramos alegre y brillante; sin embargo, a pesar de esta consideración, lo empleamos muy poco. Por eso quiero poner mi granito de arena para conseguir que tu opinión cambie respecto a él.
El amarillo ocre se conseguía de arcillas y en los tiempos prehistóricos se empleaba en las pinturas rupestres, tal vez sea por ello por lo que puede aportar al espacio un matiz relacionado con la Historia, incluso en ambientes modernos.
El amarillo suele estar asociado con su primo cercano el color dorado. El amarillo era empleado en las tumbas del antiguo Egipto para representar figuras humanas, en parte porque los egipcios creían que los cuerpos de los dioses estaban hechos de oro.
Es fácil comprobar que algunas de estas connotaciones perduran todavía en nuestros días en la decoración.
El dorado y el amarillo están también vinculados con el conocimiento y la inteligencia, es por esa razón que en EE. UU. las bandas y los birretes en las universidades de ciencias e investigación son amarillos. De manera que ¿por qué no vas a utilizar el amarillo pálido de la madera o en la pintura de las paredes en una biblioteca? Es la elección más adecuada.
El arte también jugó un papel importante en conectar el amarillo con el brillo del sol y la felicidad. Un ejemplo de esto es la serie de los girasoles de Van Gogh a finales de 1880 cuando los colores empezaron a adquirir una mayor importancia en el arte.
Para dotar de luz y brillo tu habitación, rodéate de suaves amarillos y no te preocuparás por si está nevando o lloviendo en el exterior.
¿Necesitas un ribeteado en tu habitación? Pues el color amarillo puede ser una elección atrevida para combinar con una paleta de colores neutra. Es divertido y, utilizado con moderación, es una apuesta segura.
El amarillo también se emplea para significar precaución. Así que si eres de los cautos, unos toques de amarillo en la decoración funcionarán de maravilla durante mucho tiempo.
Usa el color amarillo para conectar dos espacios distanciados o en uno mismo para dar un toque de atención sobre algún elemento decorativo que desees destacar sobre el resto.
Ya que el amarillo procede de la arcilla, con frecuencia aparecen vetas en las piedras. Utiliza esta piedra amarillenta para el exterior de tu casa, en un muro exterior bajo o recubriendo una chimenea para que aporte calidez y haga contraste con piedras de otros tonos grises o azulados.
La madera amarilla instantáneamente aporta calidez a una estancia. Incluso si tú prefieres un espacio neutral, los muebles y el techo de madera te darán un toque de color natural.
El amarillo en las luces de neón es un color muy popular. Atrévete y pinta de amarillo el suelo de alguna habitación o de la terraza y obtendrás otro punto focal de atención en la decoración.
La dieta azteca estaba basada en el maíz, de ahí que estos utilizaran este color para simbolizar la comida. Es por eso que los fundadores de McDonald’s sabían lo que se hacían cuando escogieron ese tono para colorear su logo publicitario. Así que, la próxima vez que cocines, no dudes en poner como música de ambiente The yellow submarine de Los Beatles o Yellow melow de Donovan y disfruta de este soleado y brillante color preparando tu plato favorito para tu familia o amigos.