Cuando Thomas Edison patentó, en enero de 1880, la primera bombilla comercial, comenzó una nueva era de posibilidades en la iluminación. Conseguir luz de una manera tan sencilla como pulsar un interruptor es algo que hoy nos parece una obviedad, pero es algo que hace tan solo 100 años era casi inalcanzable.
Desde entonces la iluminación ha evolucionado de manera espectacular y, habiendo alcanzado casi todos los hogares, ahora el objetivo no es iluminar, si no hacerlo de manera sostenible.
La bombilla incandescente fue solo el primer paso; de los filamentos de carbono se pasó al tungsteno, las bombillas halógenas, las fluorescentes, fluorescentes compactas (o de bajo consumo) y, finalmente, al LED.
Todo este desarrollo ha ido ligado a la búsqueda de dos mejoras sustanciales en cada paso: una mayor vida útil y un menor consumo. ¡Y con la tecnología LED se ha conseguido alcanzar cotas que Edison no podría haber siquiera imaginado!
Si comparamos una bombilla LED con una incandescente y otra fluorescente compacta (o de bajo consumo) obtenemos datos demoledores de rendimiento.
En comparación con una bombilla incandescente de 100 W, es posible conseguir la misma iluminación con una bombilla LED de 12 W de potencia, lo que supone un ahorro de un 84 %. Además, la vida media de una bombilla tradicional es de entre 500 y 2.000 horas, mientras que una bombilla de LED puede durar ¡hasta 20.000 horas!
En la siguiente tabla se puede ver una comparación de las potencias equivalentes con cada tecnología, en la que se puede observar el ahorro que se puede conseguir utilizando CFL (Bajo consumo) o LED con respecto a las bombillas incandescentes tradicionales.
| Incandescente | CFL | LED |
| 25 W | 5 W | 4,5 W |
| 40 W | 8 W | 6 W |
| 60 W | 12 W | 8 W |
| 75 W | 15 W | 10 W |
| 100 W | 18 W | 12 W |
| 125 W | 25 W | 15 W |
| 150 W | 30 W | 20 W |
Como puede observarse el ahorro, que es mayor cuanto más potente es la bombilla, puede ser realmente grande, lo que supone muchas menos emisiones de CO2, además de un ahorro monetario importante, especialmente en comercios y empresas, donde las luces permanecen encendidas muchas horas al día.
En este sentido, el económico, el auge de la tecnología LED está permitiendo un abaratamiento de los productos que se esta produciendo de forma muy rápida, lo que unido a la larga duración de estas bombillas y el ahorro de energía que suponen, hace que los plazos de amortización de la inversión sean de apenas unos meses.
En definitiva, invertir en bombillas LED es una buena manera de ahorrar costes e iluminar de una forma muy eficiente y duradera.
