El arquitecto Andrew Franz ha creado un exclusivo loft en Manhattan, rehabilitando un viejo almacén. Se encuentra en la última planta de un antiguo edificio de 1884, en el distrito de Tribeca, un barrio que cada vez está más de moda en la ciudad. El propietario deseaba que permaneciera el aspecto industrial del edificio.
El loft es una de las tipologías de interiores más características de esta ciudad. El arquitecto lo diseñó en tres niveles y el objetivo principal era crear la sensación de estar al aire libre. La vivienda se desarrolla en grandes espacios abiertos. Un gran ventanal conecta con un pequeño jardín que capta la luz natural, bañando el interior.
La vivienda mantiene gran parte de la estructura original, alberga elementos originales como los paramentos de ladrillo o las vigas de madera que le dan un aire ecléctico que se combina con mobiliario de corte clásico.
El antiguo almacén se ha convertido en un acogedor y cálido loft, con una fluida conexión con el exterior mostrando impresionantes vistas de Nueva York.
El punto fuerte es la gran cantidad de luz solar que entra al espacio, que gracias a la estructura de cristal permite contemplar el patio interior que se comunica con el jardín levantado en la azotea. Gracias a una estructura retráctil de 150 m2, los dueños de la vivienda pueden disfrutar de las maravillas del cielo incluso en las noches frías de invierno.
El resultado es una residencia que combina hábilmente líneas limpias modernas con espacios abiertos. Una unión perfecta entre lo antiguo y lo nuevo.
Imágenes vía: Amenagement design
Fotografías: Albert Vecerka
