Esta masía en Mallorca pertenece al famoso diseñador y director artístico francés Alexandre de Betak. El predominio de formas orgánicas y el uso de materiales locales caracterizan este proyecto integrando la arquitectura en el entorno.
La construcción de la casa, propia de las baleares, se ubica en un pequeño pueblo costero en la sierra Tramuntana de Mallorca con hermosas vistas del Mar Mediterráneo, aprovecha la luz natural, que amplía visualmente los espacios y la dota de gran calidez.
En el interior llaman la atención tanto las formas, muy sinuosas, que traen reminiscencias de cuevas y formas orgánicas, como los materiales, que apenas llevan tratamiento, sino que se han dejado al natural.
La iluminación, predominantemente natural, con solo unos puntos de luz artificial, también ayuda a percibir el espacio como una prolongación del exterior, como si estuviéramos paseando por unas ruinas romanas.
En muchos espacios parece como si el terreno emergiera, como una gran roca en la puerta del dormitorio o para ocupar superficies completas, como los cantos rodados que forman el suelo del salón y el comedor.
Las vigas de madera vistas son una constante en la casa, así como las telas de algodón y otros elementos traídos directamente de la naturaleza, como los taburetes hechos con troncos de árbol o las ramas decorativas de olivo.
Cada detalle ha sido perfectamente cuidado. No se trataba de solo utilizar elementos orgánicos y aplicarlos sin mas, sino que han sido colocados de manera estratégica con la intención de crear una estética que fuera capaz de realzar y embellecer aún más esta casa natural.
El exterior responde también a la estructura típica de las casas baleares, con grandes muros de piedra sin tallar, huecos no demasiado grandes, contraventanas pintadas, cubierta de teja y una parcela con bancales donde crece algún que otro olivo.
En definitiva, una bocanada de aire fresco que logra conjugar la tecnología con la naturaleza.