El estudio de arquitectos Poteet ha sabido respetar el carácter histórico de este edificio construido en 1896, sin renunciar a un interior rabiosamente actual dotado de “sistemas inteligentes” tanto a nivel de seguridad como audiovisual.
Nos ha gustado especialmente la base en blanco y negro que aportan respectivamente las paredes y el suelo, todo ello salpicado con las notas de color del mobiliario y los complementos; una combinación fresca, luminosa y realmente atractiva.
Vía: poteetarchitects – archdaily